10.6.11

Lolita - Vladimir Nabokov


Bueno, pues hoy ya sí. Mi primera reseña, como no podía ser de otra manera, es de Lolita, del increíble Vladimir Nabokov. Cuando se trata de Lolita, la palabra 'objetividad' pierde todo su significado para mí. No puedo ser objetiva. Me fascina. Y no, no me siento identificada -afortunadamente- con absolutamente ninguno de sus personajes. Pero como que me da lo mismo. A mí Nabokov me deja hipnotizada. Así que vayamos a por la que será, probablemente, la más subjetiva de las reseñas que publique en este blog.


"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta"

SINOPSIS: Humbert Humbert llega desde Francia a Estados Unidos con la intención de vivir en casa de un conocido lejano. Acabado de divorciar, aterriza en la 'Tierra de las Posibilidades' para descubrir que el lugar en el que pretendía vivir se ha incendiado y destruido. En esta situación, decide alquilar una habitación, y se encuentra con Charlotte Haze, una viuda que vive sola con su joven hija de 12 años, Dolores. Humbert Humbert, que desde la narración en primera persona nos ha contado desde el comienzo que se siente atraído por aquellas a las que él denomina 'nínfulas', quedará prendado de la joven al instante. Pero en Lolita, el juego de amor es a dos bandas, es recíproco y no hay víctimas, sólo culpables.

Lolita, como la mayoría de la gente ya sabe, es una historia sobre pederastia. En eso no hay vuelta de hoja. Pero Lolita es mucho más que una novela erótica con un adulto y una pubescente de protagonistas. Lolita es una novela de personajes increíblemente complejos, pasajes inolvidables y un final tant terrible como enternecedor. Lolita es también un tour tourístico por los Estados Unidos de los años 50. La prosa y el estilo de Nabokov son sublimes, el uso del lenguaje, simplemente soberbio, las ironías y los juegos de palabras, de una inteligencia exquisita. 

Lleva detrás dos adaptaciones cinematográficas, una de Stanley Kubrick y otra de Adrian Lyne. No voy a comentarlas aquí y ahora porque no es ni el lugar ni el momento, cada cual opinará sobre ellas lo que sea.

No soy la única que pondría a Lolita en su top-ten de novelas favoritas, y es que, una vez dejados los prejuicios de lado, el lector se da cuenta de que está ante una de los mejores textos del siglo XX. 

No voy a añadir nada más. Leedla -si todavía no lo habéis hecho- y, sobre todo, disfrutadla de la primera a la última página. 



6 comments :

Lucas Fulgi said...

No existe la objetividad. Asi que es mejor ser claramente subjetivos.:)

Lucas Fulgi said...

pdt: Alicia en el país de las maravillas me parece un libro genial, y Cinco horas con Mario me ha gustado mucho. Creo que tenemos un gusto similar (al menos en algunas cosas)... tengo cumbres borrascosas en la biblioteca (me lo compre y no lo leí todavía), supongo que lo leeré dentro de poco.

Blanca G. said...

Hola Airin:
Yo que tu apuntaría a Zafón en tu lista de libros pendientes, realmente merece la pena. Te recomiendo Marina para empezar, a mi me encantó, es precioso.
Un beso.

Velero said...

Una de las grandes obras del siglo XX, Lolita, de Nabokov. Erótica pura.

Saludos.

Blanca G. said...

¡Hola!
Pues la verdad es que no doy mis años por internet, lo siento. Se que puede parecer una tontería, pero de esas pequeñas cosas se puede sacar mucha información.
De todas formas, me suelen echar por aquí muchos más de los que tengo, no se por qué :)
Un beso enorme.

Patricia said...

A mi me encanta este libro, pero debo decir algo ... yo diría que LOLITA no es un libro de pederastia como tú dices, ¿por qué lo creo? pues porqué creo que Lolita no tiene 12 años, ni de lejos. Lolita es adulta, en el fondo lo es, sabe lo que quiere, qué tiene que hacer para conseguirlo y como provocar la situación. Aquí se aplica eso de: la niña no tiene un pelo de tonta. Es más, el amor (vale, esto no sería precisamente amor en sí) pero el amor no tiene edad ¿no?